La pregunta anterior la lanzó una moderadora a casi 50 participantes conectados virtualmente en un curso de formación humana. A priori mi pensamiento fue “Esto se va a poner interesante”, porque desde mi punto de vista no existe una definición exacta de lo que es la amistad.
Todos tenemos un concepto de lo que significa la amistad y quizá no lleguemos a coincidir en nuestras definiciones. Efectivamente, eso fue lo que pasó, todos dieron su definición desde su experiencia, es decir desde su formación.
En este artículo no pretendo dar una definición exacta de la amistad, lo que intentaré es buscar si nuestras amistades son amistades sinceras, honestas, leales, … verdaderas amistades. Así mismo, compartiré algunos tips de cómo podemos llegar a ser mejores amigos de nuestros amigos.
Antes de que sigas leyendo, te reto a que escribas los nombres de 5 a 10 personas a quienes consideras tus amigos, luego continúa leyendo.
¿Se puede cultivar una amistad desde las redes sociales?
Hoy en día es fácil hacer “amigos” por las redes sociales, puedes agregar a una persona de China, Canadá, de cualquier parte del mundo sin reconocer si es un bot al que estás haciendo tu “amigo”.
Pasa que, si una persona te da like a tus stories, comenta tus posts, etc. es tu “amigo”. Hemos llegado a reducir la amistad a eso, en cuanto la amistad no se queda en un simple “estoy pendiente de tus redes sociales”.
La amistad va más allá de un like y comentar posts. Si bien es cierto que no tienen nada de malo las redes sociales (siempre que se utilicen de forma coherente), tampoco se puede quedar en una simple interacción virtual. Se necesita el cara a cara, el contacto visual, el pasar tiempo con la otra persona, el llamarla, entre otras manifestaciones de cariño que conlleva la amistad.
La escritora María Papova expresa el significado de amistad que se emplea hoy en día: “Llamamos “amigos” a aquellos que apenas conocemos más allá de las raíces superficiales profesionales, confundimos la mera admiración mutua con la amistad, lo identificamos como “amigo” a aquél que se refleja favorablemente en nosotros a los ojos de los demás… Hemos perpetrado una corrosión del significado al usar en exceso la palabra y sobre extender su connotación, comprimiendo en una imperceptible diferencia la vasta extensión existencial entre el mero conocimiento y la amistad en el sentido aristotélico apropiado“.
Aristóteles y los 3 tipos de amistad
Según su Ética a Nicómaco para Aristóteles existen tres tipos de amistad: Amistades de utilidad, amistades de placer y amistades virtuosas.
Si bien es cierto que no se puede alcanzar una amistad virtuosa desde un inicio. Como todo lo bueno cuesta, se necesita de tiempo y esfuerzo para alcanzar dicha amistad. Por amistad virtuosa nos referimos a la búsqueda del bien y felicidad de la persona con quien deseamos formar una amistad.
Respecto a las amistades de utilidad y de placer quizá nos ayuden a conectar con las personas, aunque deberían de ser un medio y no un fin ¿Por qué? Porque si no caeríamos en el error de ver a las personas como cosas y no como lo que realmente son, personas con dignidad.
Las amistades de utilidad y de placer nos pueden conducir a amistades virtuosas. La mayoría de las veces, las amistades inician por coincidir en actividades en común. Por ejemplo, la práctica de un deporte, el pedir ayudar para preparar un examen, el salir de fiesta, etc. esos medios favorecen el trato con las personas, a la vez que nos permite conocerlas mejor y llegar a ser más amigos.
La amistad es darse… tiempo y uno mismo
C.S. Lewis dice lo siguiente de la amistad: “La verdadera amistad es más que una relación útil y agradable, requiere un intercambio mutuo e inversión de tiempo y de uno mismo”.
Una amistad se hace en el tiempo, se va formando en la entrega y servicio que nos damos mutuamente. La reciprocidad es clave, no quedarnos con el 50-50 o si tú me haces esto, yo también lo haré. Las verdades amistades confían su vida al amigo, cuentan sus intimidades aunque los haga “vulnerables”.
Si al
inicio no hay reciprocidad no significa que no
se pueda llegar a cultivar una verdadera amistad. A veces las personas no se
dan del todo por una mala experiencia de deslealtad, o bien, por su
tipo temperamento. Los melancólicos, tienden a ser “reservados”, les
cuesta abrirse debido a que son profundos en sus ideas.
También, pude suceder que algunas personas aún no están preparadas para una verdadera amistad, es decir, no tienen las virtudes necesarias para compartir su vida con los demás. Algunas virtudes son la sinceridad, lealtad, fortaleza, generosidad, humildad, saber dialogar, gratitud, paciencia, respeto, espíritu de sacrifico, entre otras. Pero quien si las tiene, puede servir de ejemplo para los demás, enseñando con la coherencia de sus actos más que con su palabra.
Según tu lista de amigos ¿Tus amistades son de utilidad, de placer o virtuosas?
Continúa leyendo la segunda parte.